Cerca del 40 % de la población adulta española padece de varices. El origen de esta enfermedad puede estar relacionado con el hecho de que el hombre camine erguido, lo que obliga al cuerpo a hacer un sobreesfuerzo para que la sangre llegue a todas partes.
Con la vida sedentaria que estamos obligados a llevar en las grandes ciudades, ¿quién no se encuentra a menudo con las piernas cansadas, pesadas? La mala alimentación y la falta de ejercicio, el estar mucho tiempo de pie favorecen la aparición de las varices.
Con este ungüento de ajos no desaparecen las varices, pero sí se desdibujan, se alivian los picores y se reduce la inflamación de las piernas.
Ingredientes:
6 dientes de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva
1 zumo de limón
Preparación:
Cortamos los ajos en finas láminas y las mezclamos con el aceite y el zumo de limón, agitamos un poco y dejamos reposar durante 12 horas como mínimo metido en un tarro de cristal con tapón de corcho para que la maceración pueda respirar.
Uso:
Antes de aplicar el ungüento, pasar las manos por la zona para activar la circulación con movimientos ascendentes.
A continuación ya puede extenderse con un pequeño masaje y recorrer todas las varices con suaves movimientos circulares ascendentes
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